domingo, 6 de junio de 2010

LAS MENINAS


La estancia en la que se desarrolla la escena sería el llamado Cuarto del Príncipe del Alcázar de Madrid, estancia que tenía una escalera al fondo y que se iluminaba por siete ventanas, aunque Velázquez sólo pinta cinco de ellas al acortar la sala. El Cuarto del Príncipe estaba decorado con pinturas mitológicas, realizadas por Martínez del Mazo copiando originales de Rubens, lienzos que se pueden contemplar al fondo de la estancia. En la composición, el maestro nos presenta a once personas, todas ellas documentadas, excepto una. La escena está presidida por la infanta Margarita y a su lado se sitúan las meninas María Agustina Sarmiento e Isabel de Velasco. En la izquierda se encuentra Velázquez con sus pinceles, ante un enorme lienzo cuyo bastidor podemos observar. En la derecha se hallan los enanos Mari Bárbola y Nicolasillo Pertusato, este último jugando con un perro de compañía. Tras la infanta observamos a dos personajes más de su pequeña corte: doña Marcela Ulloa y el desconocido guardadamas. Reflejadas en el espejo están las regias efigies de Felipe IV y su segunda esposa, Mariana de Austria. La composición se cierra con la figura del aposentador José Nieto.

lunes, 31 de mayo de 2010

LA PLAZA MAYOR DE MADRID


En el reinado de Felipe III, y tras el regreso definitivo de la Corte, se inicia la construcción de la nueva Plaza Mayor de Madrid, según el proyecto trazado por Juan Gómez de Mora (1617). La obra se hizo en un tiempo muy breve si bien sufrió un primer incendio en 1631 que hizo necesarias nuevas obras, aunque no parece probable que hubiera modificación alguna sobre el estado anterior. De éste nos da una idea muy precisa un nuevo dibujo fechado en 1636 que, a su vez, coincide sustancialmente con la representación de la plaza en el plano de Teixeira (1656). En este último es posible ver cómo la primitiva plaza del Arrabal, formada delante de la antigua Puerta de Guadalajara, servía de encrucijada a varios caminos, luego calles, que ahora se cortan para formar la plaza, si bien la dirección de algunas de ellas no se interrumpe, como sucede en la calle de Atocha que entra oblicuamente como tal y sale en la misma línea por la que fue Calle Nueva, hoy de Ciudad Rodrigo. Su planta es un rectángulo de ciento veinte por noventa y cuatro metros, proporción que se ajusta a la medida cierta, es decir, su lado menor es a y el lado mayor es raíz cuadrada de dos, resultado de una sencilla operación de geometría de uso común entre los tracistas. Los lienzos de sus fachadas son continuos y sólo se interrumpen, de abajo a arriba, para dejar paso a las seis calles que a la plaza asoman

EL RAPTO DE PROSERPINA


Este grupo en mármol de un tamaño ligeramente mayor que el natural. En él se representa un asunto procedente de las Metamorfosis de Ovidio. Este grupo tiene una clara raigambre frontal que no limita la multiplicidad de los puntos de vista.
Esta obra tiene un carácter más violento y dinámico que la anterior, mostrándonos la resistencia de Proserpina al rapto de Plutón, y creándose diferentes texturas según la posición de las diferentes figuras.
También presenta un punto de vista moral, oponiendo la brutalidad de Plutón a la belleza de Proserpina, confrontando el vicio con la virtud. Así se expresan los diferentes comportamientos psicológicos de los personajes, representando los afecti, los estados anímicos
.

domingo, 30 de mayo de 2010

La Plaza Mayor de Salamanca



La plaza mayor, ese lugar ancho y espacioso donde se venden los mantenimientos y se tiene trato común... como lo definiera Covarrubias, es un hecho urbano-arquitectónico peculiar de la Edad Moderna y de especial consideración en el contexto hispánico. La obra salmantina -realizada por Alberto Churriguera entre 1729 y 1753- es una concepción racionalizada y secularizada por su planteamiento funcionalista, como solar de memorias ciudadanas, de esparcimiento, de mercado y de actividad lúdica. Es un armonioso diseño de piedra rosada en el que destaca el Pabellón Real, que se engalana con los medallones de Felipe V y de Isabel de Farnesio, y la representación de San Fernando. También se integró un compendio iconográfico dedicado a las glorias de la Historia de España. Además de ofrecer un servicio social integrado, a nivel de todo su diseño se plantea con un armazón estructural coherente y unitario. En el conjunto se integra de manera acertada el Ayuntamiento, obra de Andrés García de Quiñones.

martes, 25 de mayo de 2010

El Barroco: figuras retorcidas


Las figuras del Barroco buscaban la expresion de sentimiento, sufrimiento.

lunes, 24 de mayo de 2010

El Barroco: Las Hilanderas


Una de las obras más interesantes y enigmáticas del pintor sevillano, sobre todo en cuanto al tema, es La fábula de Aracné. Fue pintado casi con total seguridad en 1657 para D. Pedro de Arce, Montero del Rey, aunque en el siglo XVIII ya figura en las colecciones reales. En primer plano vemos cinco mujeres que preparan las lanas para la fabricación de tapices. Al fondo, detrás de ellas, aparecen otras cinco mujeres ricamente vestidas, sobre un fondo de tapices. Esta última escena sería la que da título al cuadro ya que recoge la fábula en la que la joven Aracné, al presumir de tejer como las diosas, es retada por Atenea a la confección de un tapiz.

El barroco: La Venus en el espejo


Es la única obra conservada de Velázquez en la que aparece una mujer desnuda, aunque sabemos que pintó alguna más. Por supuesto, nadie duda de su autenticidad, pero sí existen discusiones en torno a la fecha: unos piensan que la hizo en 1648 y otros que fue en Italia, entre 1648-1650. Lo que sí es cierto es que apareció en un inventario en 1651 como propiedad del Marqués de Eliche, gran amante de la pintura de Velázquez y de las mujeres, por lo que se piensa que puede representar a su esposa o a una de sus amantes. Quizá por despistar, el pintor coloca el rostro del espejo difuminado para así reflejar el cuerpo desnudo de la dama que el marqués amaba.