EL CARDENAL CISNEROS:
Don Gonzalo Jiménez de Cisneros nació en la localidad madrileña de Torrelaguna el año 1436. Como muchos de los miembros de la clase hidalga, el joven Gonzalo inició carrera eclesiástica, cursando estudios en Roa para después trasladarse a Alcalá de Henares, una de las ciudades más importantes y vinculadas a su vida. Posteriormente se trasladó a Salamanca para estudiar teología y derecho, finalizando su carrera estudiantil en Roma, adonde marchó para perfeccionar en administración eclesiástica. Tras el fallecimiento de su padre regresa a España y consigue el arciprestazgo de Uceda, enfrentándose con el arzobispo de Toledo, lo que significó el encarcelamiento de don Gonzalo durante varios años. A pesar de su reclusión, Cisneros no renunció a su cargo, en el que fue mantenido por el cardenal Gónzalez de Mendoza.
LA LIMPIEZA DE SANGRE:
Los Estatutos de Limpieza de Sangre aparecieron en España durante el siglo XV en forma aislada, pero, durante el siglo XVI, fueron puestos en vigencia sucesivamente por todas las congregaciones religiosas, militares y civiles. Podemos decir que son reglamentaciones que impedían, a los judíos conversos al cristianismo y a sus descendientes, ocupar puestos y cargos en diversas instituciones, que pueden ser de carácter religioso, universitario, militar, civil o gremial. Tiempo más tarde los Estatutos se extendieron a los moros y luego también a los protestantes y a los procesados por la Imquisición.
Recordemos que los conversos eran aquellos judíos que se habían convertido al cristianismo por la fuerza, ya sea durante los disturbios de 1391, luego en las controversias religiosas entre judíos y cristianos en las décadas siguientes y, finalmente, aquellos que adoptaron la vía de la conversión, ante el Edicto de Expulsión de los Reyes Católicos. Los moriscos eran los moros convertidos al cristianismo.
Recordemos que los conversos eran aquellos judíos que se habían convertido al cristianismo por la fuerza, ya sea durante los disturbios de 1391, luego en las controversias religiosas entre judíos y cristianos en las décadas siguientes y, finalmente, aquellos que adoptaron la vía de la conversión, ante el Edicto de Expulsión de los Reyes Católicos. Los moriscos eran los moros convertidos al cristianismo.
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